domingo, 21 de marzo de 2010

CONSIDERACIONES ACERCA DE “ LOS GRISES”


Quizá la primera escena que se me viene a la mente es la de la película “Encuentros Cercanos del Tercer Tipo”, cuando los pequeños individuos, de enormes cabezas y de pasos torpes rodean, como abejas, a uno de los que han elegido para viajar con ellos en su nave que ha descendido en una base de investigadores humanos, en la cima de una montaña. Pero, sin dudas, la fama de estos extraterrestres conocidos como “Los Grises” es la de ser responsables de secuestrar personas y de someterlas a prácticas dolorosísimas de auscultamiento y de laboratorio. Estamos, quizá, de acuerdo en que esto puede pertenecer a un guión de Hollywood, y si concedemos la razón a Carl Sagan, por lo de su libro “El mundo y sus demonios”, hasta podría ser un desvarío colectivo. ¿Pero qué sucede cuando los pronunciamientos vienen de personas cuya capacidad intelectual, reconocida trayectoria y probada lucidez están sobradamente asegurados? Es entonces que nuestra curiosidad innata se ve atraida, y empezamos la aventura de la investigación, del conocimiento.

La primera declaración sobre “Los Grises” que llamó mi atención, y que era distinta del carnaval mitológico o mediático en el que hasta el momento estaban inmersos, fue la del astronauta Edgard Mitchell. Mitchell, en un discurso en Washington, aseguró que el evento de Roswell había sucedido realmente, con todas las incidencias alienígenas que conocemos, porque había recibido testimonios de gente muy allegada a él, pues de niño vivió cerca del lugar del accidente, y las había recibido hasta de personas que habían trabajado en dependencias públicas y que estuvieron en el preciso momento del incidente. Como se puede entender, las declaraciones del astronauta Mitchell tienen un alto grado de credibilidad, sobretodo por la responsabilidad que conllevan, él tendría que pensarlo mucho antes de pasar a la historia como un mentiroso o alucinado a causa de una declaración libre, y no como el astronauta de la mayor caminata lunar, es decir simplemente por sus méritos profesionales. Si Mitchell nos asegura que en Roswell sí se estrelló una nave extraterrestre, lo que sabemos es que los cuerpos de sus tripulantes recuperados pertenecen a la raza de alienígenas conocida como “Los Grises”, como los describe el Coronel Philip Corso en su libro “El día después de Roswell”.

El Coronel Philip Corso fue un militar de la Armada Estadounidense, con un desempeño múltiple y eficiente, su participación en campañas militares decisivas en la historia de su país son su mayor credencial, habiendo llegado al grado de Teniente Coronel. Corso, a parte de ser un militar brillante, demostró tener una capacidad humanista, por ejemplo cuando se hizo cargo del traslado de judíos refugiados en plena Segunda Guerra Mundial. El Coronel Corso es la segunda personalidad que llama mi atención sobre el tema de “Los Grises”. Llego a saber de él por una entrevista que le hiciera la investigadora Paola Harris, y donde el militar amplía lo que ya había hecho público en su libro “El día después de Roswell”, en el que aseguraba que había participado en un programa de recuperación de tecnología extraterrestre de la nave accidentada de Roswell, asegurando que logró, posteriormente, entablar un contacto continuo con alienígenas a los que llama EBES (Entidades Biológicas Extraterrestres), y que no son otros que “ Los Grises”, según la descripción que hace de ellos y a los que califica de robots. Como se puede entender del testimonio del Coronel Philip Corso, éste tiene mucha credibilidad, pues un alto oficial, con una trayectoria probadamente eficiente y que ha demostrado una actitud humanista no puede despertar sospechas de manipulación de la verdad, ni de falta de cordura, a primera mano.

A estos dos testimonios se viene a sumar un tercer dato, que por su fuente y por su fundamento, ostenta no sólo credibilidad, sino un aval insospechado al tema de “Los Grises”. Se trata del profesor de la Universidad de Harvard, ganador del Premio Pulitzer, el Psiquiatra John Mack. John Mack se dedicó a investigar y a tratar a pacientes que aseguraban haber sido secuestrados por alienígenas, para ser sometidos a prácticas y a exámenes de laboratorio. Y sus conclusiones fueron contundentes: los pacientes que incluye en su libro “Abducción: encuentros humanos con alienígenas” no mienten cuando dicen que fueron secuestrados por alienígenas, no son enfermos mentales, y sus testimonios quedan fuera de toda sospecha de alucinación. John Mack detalla con minucia los métodos científicos y psiquiátricos que ha empleado en su estudio e incluso los somete a consideración, experimentalmente, de sus colegas. Por último, respalda esos resultados con 40 años de labor psiquiátrica.

Que haya académicos que reconozcan los méritos de estos profesionales sólo hasta que se decidan a hablar frontalmente de la existencia de los extraterrestres, y entonces eliminan de un tajo sus logros que antes halagaban, los desautoriza intelectualmente. Hay una sinrazón, una ignorancia obtusa en esta actitud, contraria a la honestidad y a la inteligencia. Por eso es que, como muestra, de que los testimonios de estos profesionales valiosos no tienen porque estar divorciados de sus fructíferas carreras, ni de la corrección de sus vidas como ciudadanos, voy a presentar algunas de sus consideraciones que hicieron sobre la raza de alienígenas conocida como “Los Grises”.

PARA LEER SOBRE LA ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LOS GRISES, SEGÚN PHILIP CORSO, BUSCAR EL ÍCONO A LA IZQUIERDA Y DAR CLICK.

NO SE PIERDA ESTA SEMANA " EL CEREBRO DE LOS GRISES".